LAS PALMERAS, EL CANAL Y LA AGRESIÓN
Por: Carlos Ernesto González Ramírez
Las palmeras, aunque en apariencia frágiles, son árboles que logran sobrevivir los huracanes mucho más que cualquier otro. Su estructura funciona de forma similar a los edificios diseñados contra los terremotos. No se trata de buscar una mayor rigidez para contrarrestar los temblores o fuertes vientos sino de absorber la energía mediante la elasticidad.
Ante la agresión de EEUU a Panamá, con la pretensión de tomarse el canal, Panamá ha adoptado una política exterior que yo la lamo la política de la palmera. Esta política exterior puede ser muy efectiva para Panamá, especialmente frente a potencias extranjeras como Estados Unidos, ya que radica en la elasticidad diplomática. Este concepto, inspirado en la capacidad de las palmeras para resistir tormentas mediante su flexibilidad, propone que Panamá debe absorber y redirigir las presiones externas a través de la diplomacia y la negociación, en lugar de confrontarlas directamente.
La elasticidad diplomática implica mantener canales de comunicación abiertos y constantes con Estados Unidos. Este enfoque proactivo permite abordar cualquier preocupación antes de que se convierta en un conflicto. La diplomacia no es simplemente una herramienta para resolver problemas, sino una estrategia para prevenirlos. Al mantener un diálogo continuo, Panamá puede anticipar y mitigar las tensiones, evitando que escalen a niveles perjudiciales.
La clave de esta política es la flexibilidad y la adaptabilidad. En lugar de adoptar una postura rígida y confrontativa, como algunos propugnan, Panamá debe ser capaz de ajustar sus estrategias según las circunstancias. La flexibilidad no significa debilidad; al contrario, es una muestra de inteligencia estratégica. Al adaptarse a las situaciones con calma y estrategia, Panamá puede encontrar soluciones que beneficie a ambas partes, fortaleciendo su posición sin recurrir a la confrontación.
La filosofía detrás de la elasticidad diplomática se basa en la idea de que la verdadera fuerza no reside en la rigidez, sino en la capacidad de adaptarse y evolucionar. Las palmeras sobreviven a las tormentas no porque sean fuertes en el sentido tradicional, sino porque son capaces de doblarse sin romperse. De manera similar, Panamá puede enfrentar las presiones externas mediante una política exterior que priorice la negociación y la cooperación.
Este enfoque también reconoce la importancia de la percepción y la imagen internacional. Al adoptar una postura flexible y diplomática, Panamá puede proyectar una imagen de estabilidad y racionalidad, ganando el respeto y el apoyo de la comunidad internacional. La elasticidad diplomática no solo protege la soberanía de Panamá, sino que también fortalece su posición en el escenario global.
En resumen, la elasticidad diplomática ofrece a Panamá una estrategia efectiva para enfrentar las amenazas externas. Al mantener canales de comunicación abiertos, ser flexible y adaptativo, y priorizar la negociación sobre la confrontación, Panamá puede proteger su soberanía y el control del Canal de Panamá. Esta política, inspirada en la resiliencia de las palmeras, no es de recibo de aquellos que su vida ha sido la confrontación o los que creen que a un “bully” se le puede controlar solamente con el derecho, pero es la política que hará que Panamá supere con el menor impacto la tormenta que nos ha caído.
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