Mi discurso de toma de Posesión de APEDE de hace 16 años...

DISCURSO 1. Saludos. 1. Excelentísimo Señor Dominador Kayser Bazán, Vicepresidente de la República. 2. Señores Ministros de Estado 3. Directores y directoras de instituciones autónomas 4. Presidentes de gremios empresariales 5. Amigos y amigas Sean mis primeras palabras de agradecimiento a los miembros de APEDE por la tan alta distinción que me han conferido para presidir nuestra Asociación. Prometo poner mi mejor empeño para fortalecer la institución y continuar haciendo de la misma un espacio de discusión importante de los problemas nacionales, siempre desde la perspectiva de la promoción de nuestros principios. 2. Situación económica actual. Sabemos que afrontamos un año difícil, dada la situación económica del país y el ambiente, que parecen estarse gestando, de confrontación entre los órganos del Estado. Es de todos conocidos que, por distintas causas, la economía nacional se encuentra estancada. Las listas negras, multilaterales y unilaterales, han afectado las exportaciones de servicios y la inversión directa extranjera. Las políticas de suspensión de los procesos de privatización también han afectado la inversión directa extranjera. Los sectores agropecuarios y comercial, ambos directamente relacionados con el mercado interno, se encuentran en franca recesión, debido a una disminución en el consumo y a políticas que promueven la producción hacia adentro en el sector agropecuario. Si vemos los indicadores económicos trabajados por nuestro Centro de Estudios Económicos y Sociales, comprobamos la magnitud del problema. Veamos algunos importantes: 1. Inversión: se ha dado una pronunciada caída de la inversión directa extranjera, a partir del año pico de 1998. Muchos atribuyen este estancamiento al haberse detenido los procesos de privatización. Esto es en parte cierto, pero también algo más está afectando la IDE, puesto que los números de los primeros cuatro meses de este año son sustancialmente menores a los primeros cuatro meses del año pasado (cuando ya se había detenido el proceso privatizador). Pasamos de 136.4 millones a 36.3 millones. 2. Actividad agropecuaria y agroindustrial: a pesar de dos años de protección y de ingentes recursos puestos a disposición del sector por el gobierno, la producción ha caído. Por ejemplo, el sacrificio de ganado vacuno cayó 5.9%, el de porcino 16% y el de gallina 10% con respecto a los cinco primeros meses del 2000. 3. Construcción: el valor de las construcciones, en los primeros cinco meses de este año, cayó en 18.2% con relación al mismo período del año pasado. 4. Comercio al por menor, hoteles , restaurantes y servicios: en los distritos de Panamá y San Miguelito, estos sectores tuvieron durante el primer trimestre de este años, con relación al mismo período del año pasado, disminuciones en sus ingresos de 2.5%, 3.9% y 3.7% respectivamente. 5. Exportaciones de bienes: en este caso tenemos la mejor noticia. Hubo un aumento de 20.9% con relación al mismo período del año pasado. Este incremento ha venido dado, principalmente, por exportaciones no tradicionales. A pesar de la importancia en términos relativos de este incremento, el mismo no es suficiente en términos absolutos, dado el pobre desempeño del sector. 6. Finanzas del Gobierno: los ingresos tributarios disminuyeron 12.8% y los no tributarios 9.4% con relación a los 4 primeros meses del año pasado. 3. Crisis. En definitiva, el país está en los umbrales de una seria recesión económica, cuyo impacto será más fuerte sobre los sectores más necesitados y sobre la juventud que ingresa al mercado laboral por primera vez. El impacto de estas realidades se está reflejando en un desempleo creciente y en una actitud de desaliento de parte de la población nacional. Esta crisis, para ser superada, primero debe ser reconocida como tal. Tanto el sector privado como el Gobierno Nacional debe poner su mejor empeño para superar esta coyuntura, adoptando las medidas que la gravedad de la situación ameritan. Es evidente que todos los panameños tenemos la voluntad de mejorar la situación, aunque con visiones distintas de cómo hacerlo. Le toca al Gobierno Nacional, legítimo representante político del poder popular, adoptar las políticas públicas que a su juicio son más aptas para lograr el objetivo de recuperar el crecimiento económico, indispensable para lograr un mejor acceso a la riqueza nacional de todos los panameños. Estas políticas públicas no pueden ser adoptadas en base a mediciones políticas ni a intereses partidistas. Ni siquiera deben hacerse bajo el prisma de una análisis ideológico. Al contrario, deben analizarse todas las opciones, sin precondiciones ni descartes previos, para que de forma racional, se adopten las mejores. A toda costa debe evitarse la demagogia propulsada por intereses particulares y debe prevalecer el interés supremo de la Nación como un todo. La actitud del Gobierno Nacional de iniciar un diálogo con la empresa privada para reactivar la economía y la disposición de discutir las reformas estructurales que requiere Panamá, tal como se desprende del acuerdo firmado el pasado 26 de marzo de 2001, denotan la clara voluntad de buscar soluciones a la situación que, entonces, era mucho menos grave. Esta actitud recibirá todo el apoyo de APEDE, puesto que creemos que, con el concurso de todos, podemos lograr reavivar la esperanza de un país más dinámico y capaz de lograr el desarrollo pleno 4. Cambio de políticas. Es evidente que las estructuras económicas de Panamá están agotadas. Se requieren cambios estructurales difíciles, pero indispensables. Si los panameños no logramos aceptar esta realidad, la posibilidad de retomar el camino del crecimiento y del desarrollo será nula o, en el mejor de los casos, conflictiva. Estos cambios se llevan a cabo con una serie de políticas públicas diseñadas para tal fin. APEDE apoyará aquellas que impulsen el desarrollo pleno de nuestras potencialidades. Paso a revisar algunas: 1. Continuar la liberalización económica (desregulación y desmonopolización). El tamaño de nuestra economía hace imposible un crecimiento hacia adentro. Esto no es viable y cualquier medida que obligue o incentive a los agentes económicos a ver a Panamá como si fuera el mundo es equivocada. Al contrario, debemos abrir la economía lo más posible. Tenemos que lograr que nuestros procesos productivos sean eficientes y competitivos. No podemos proteger la ineficiencia ni la mediocridad, porque si lo hacemos tendremos un país mediocre y subdesarrollado. Pero la liberalización económica no sólo implica apertura hacia fuera, sino también, apertura interna. Es decir, requiere que se desregulen lo más posible aquellas actividades económicas que tienen trabas para su pleno desarrollo. Igualmente es indispensable eliminar inmediatamente o progresivamente, donde no quede opción, las normas que promueven las exclusividades y los monopolios. La función del gobierno es la de promover la libre concurrencia y libre competencia en el mercado. Cuando esto se da, los recursos del país son utilizados mejor y nuestros procesos productivos se vuelven más eficientes, para beneficio de la economía en su conjunto y para beneficio del consumidor panameño. 2. Facilitar las inversiones (puertos, transporte, carga). En Panamá, como en muchas partes del mundo, el Gobierno no es facilitador de la inversión. Más bien complica las mismas. Por ejemplo, en la actualidad todos los puertos desean expandir sus operaciones mediante más inversiones en infraestructura. Ninguno lo puede hacer, porque se encuentran en el medio de una maraña burocrática que hace dificilísima la inversión. Este es un ejemplo claro de inversiones que pueden darse mañana si existe la voluntad de facilitar las mismas. El crecimiento de Panamá como centro multimodal requiere de rapidez en el movimiento de carga. Para esto debemos utilizar las mejores prácticas mundiales en la materia. No podemos, cada vez que un productor se queja, detener el movimiento de contenedores y crear una crisis en los puertos para evitar males imaginarios. Si el problema es real deben buscarse soluciones que no dañen el negocio, porque sino se va para otro lado. Debe haber un centro neurálgico para resolver los problemas de la inversión y para evitar generar problemas adicionales luego de que la misma se ha dado, para así continuar atrayendo más. 3. Flexibilizar el mercado laboral. Panamá cuenta con una de las legislaciones más inflexibles en materia laboral en el mundo. Las normas laborales hacen abstracción de las realidades económicas de las empresas e impiden incentivar la productividad y la eficiencia. Esta realidad nos convierte en uno de los países con mayor nivel de desempleo en el hemisferio. Los otros países que están en los dos dígitos de desempleo tienen realidades laborales similares a la panameña. En esencia, tenemos una legislación diseñada para empresas multinacionales, con muchos recursos, lo que hace muy difícil el desarrollo de pequeñas empresas y el mantenimiento de las medianas. Si queremos incorporar más personas al mercado laboral, debemos facilitar la contratación de las personas y los costos asociados a esa contratación. 4. Diseñar un modelo autosostenible para el sistema de pensiones y de salud. Panamá no es el primer país, ni será el último que se encuentra en una situación de difícil sostenibilidad del sistema de pensiones. En el mundo se han adoptado distintas políticas para solucionar lo que en esencia es el mismo problema, falta de recursos para hacerle frente a la creciente demanda de servicios de seguridad social. El Seguro Social cuenta con ingentes recursos cuyo rendimiento es extremadamente bajo y cuyos beneficios para la economía como un todo, son casi nulos. Además, nos encontramos con una institución con un presupuesto multimillonario (B/. 1,271 millones) que brinda servicios sumamente deficientes a los asegurados. Para solucionar esta realidad debe darse un diálogo nacional sin precondiciones y sin limitaciones a las opciones de solución. No puede darse un diálogo si los participantes comenzamos diciendo que no hablaremos de algún tema, como la privatización o el incremento de los aportes. El país requiere honestidad intelectual en el análisis y desprendimiento de intereses. Y es con esta disposición que los demás actores encontrarán a APEDE en la mesa de diálogo. 5. Desarrollar la agroexportación. En el CADE de la Pobreza quedó en evidencia que la pobreza en Panamá es fundamentalmente rural. 65% de los panameños que viven en el campo son pobres. Esta es una realidad producto de más de sesenta años de políticas paternalistas, proteccionistas e intervencionistas en el sector agrícola. Si el país desea solucionar el problema de la pobreza, tendrá que desarrollar su producción agrícola. Esto sólo es posible si la producción se dirige a la exportación y desalentamos el modelo que incentiva la producción hacia adentro. Para contribuir a este esfuerzo, APEDE está colaborando con el Vice Ministerio de Comercio Exterior en la creación de un Ente Promotor de Exportaciones, dirigido por el sector privado para el sector privado. La política agropecuaria no puede estar basada en la defensa de la producción nacional a ultranza. El problema de desarrollo de este sector no es de los países industrializados, sino nuestro. Nosotros no podemos competir con los subsidios y las trabas que ellos imponen, por lo que debemos fomentar las producciones en donde no existen estas restricciones de mercado, como lo son los productos tropicales, los cuales tienen una alta demanda en el mercado internacional. 6. Eliminar la discrecionalidad burocrática (transparencia). La discrecionalidad en las decisiones del funcionario público, el no apego a reglas de carácter general y objetivas, son los elementos fundamentales de la corrupción y la desigualdad en nuestra sociedad. Para superar esto, es necesario que se eliminen estos espacios de discrecionalidad y se incremente la transparencia en las actuaciones públicas. Claras políticas públicas en esta dirección contribuirían a disminuir la percepción de corrupción administrativa que existe en la ciudadanía. 7. Uso del Fondo Fiduciario. El país no puede seguir mal utilizando sus recursos financieros. No es posible que estemos pagando intereses elevados por nuestra deuda, además de adquirir más deuda, mientras nos pagan intereses reducidos sobre nuestros recursos. Esto es financieramente absurdo y desvaloriza el Fondo. Por esta razón, es indispensable lograr un consenso nacional para la mejor utilización de nuestros recursos que permita, entre otras cosas, el uso del Fondo Fiduciario para el pago de deuda pública. Este acuerdo deberá incluir un mecanismo de límite al endeudamiento público, en función del PIB, así como del gasto corriente del Gobierno Nacional. 5. Acciones de APEDE. 1. Promoción de los principios de democracia, libertad, ética y educación. APEDE no es un gremio empresarial que defiende intereses. Nuestra Asociación tienen toda su razón de ser en la promoción de principios que consideramos importantes para el desarrollo nacional y para la convivencia pacífica. En este sentido, la acción de la Junta Directiva que toma posesión hoy va dirigida a fortalecer la promoción de estos principios. 2. Mecanismo de medición de la libertad económica. La libertad como fundamento de la iniciativa privada es uno de los principios estatutarios de APEDE. Para promover este valor, nos proponemos instaurar un mecanismo de medición permanente de la libertad económica. Decía el filósofo moralista escocés del S. XVIII, David Hume, que “es raro que una libertad, cualquiera que sea, se pierda de una vez”. Inspirados en este pensamiento, en APEDE estaremos de forma permanente defendiendo la libertad económica de los panameños, definida como el espacio de libertad que tenemos para disponer de nuestra propiedad, sin intervención del Estado. Para ello, ya hemos iniciado los preparativos de la primera gran cena por la libertad económica, en donde tendremos de orador invitado a Carlos Alberto Montaner, con el fin de recaudar los fondos necesarios para que el Centro de Estudios Económicos y Sociales de APEDE pueda llevar a cabo esta tarea. 3. Profundización democrática: Promoveremos, mediante la creación de una comisión cívica de amplia participación, la aprobación de una Ley de Transparencia y Participación Ciudadana. Estamos convencidos de que este sería un aporte importantísimo en la profundización de nuestra democracia y en la disminución de los actos de corrupción administrativos. Nada da más seguridad que la transparencia y el poder ser escuchado. Esto contribuye a eliminar las perspicacias típicas de nuestra sociedad y disminuye los espacios de discrecionalidad burocrática. Esperamos contar con el apoyo del Ejecutivo y del Legislativo en este esfuerzo por Panamá. 4. Mecanismo de promoción de la conducta ética empresarial. No hay corrupción sin corruptores. Por esta razón, APEDE se compromete a diseñar un mecanismo que promueva, mediante el reconocimiento público y la sujeción al análisis de actividades, la conducta ética de las empresas y de la clase empresarial panameña. La idea es que, mediante la formación de conducta ética y la adopción voluntaria de un código de conducta, las empresas sean reconocidas por sus consumidores, suplidores y usuarios, como empresas que se comportan dentro de un marco ético en sus relaciones en sociedad. En los casos en que se sospeche la violación a esta conducta, las empresas se someten de forma voluntaria a un análisis de su conducta por parte de un panel imparcial, el cual determinará la violación o no a la conducta comprometida. 5. CADE: Panamá centro financiero de envergadura mundial. He dejado CADE para último a propósito. Este evento es la contribución más importante de APEDE al análisis de los problemas nacionales. Del CADE han surgido iniciativas exitosas que han contribuido a cambiar las estructuras políticas y económicas de Panamá. El próximo año queremos seguir con esta tradición. Dadas las condiciones cambiantes del entorno financiero mundial, es evidente que nuestro centro bancario internacional se ha quedado estancado. A pesar de los esfuerzos que se han hecho en regulación financiera y en modernizar el sistema, no crecen sus activos internacionales y sufrimos toda clase de embates injustos por parte de Gobiernos extranjeros. Esta realidad nueva debemos analizarla y sacar conclusiones vigentes. Por esta razón, llevaremos a cabo un CADE que tenga como fin identificar las acciones que debemos adoptar para hacer del centro bancario panameño un centro financiero de envergadura mundial. Para que el evento sea un éxito le pido especial apoyo a nuestro miembros que se activan en el sector financiero, a fin de que se integren a la comisión de CADE y contribuyan con sus conocimientos a desarrollar un evento también de envergadura mundial. En APEDE creemos en el potencial de Panamá. Nuestro país cuenta con los ingredientes necesarios para entrar en un proceso de franco desarrollo. Nuestro recurso geográfico, nuestra infraestructura, la seriedad macroeconómica, el recurso humano de primer mundo, nuestra historia, nuestro canal, el dinamismo de nuestro sector privado, nuestra diversidad, son realidades que nos envidiaría cualquier país. Los panameños tenemos que aprender a valorarlos en su justa dimensión y tener la valentía de tomar los riesgos necesarios para hacer de Panamá un pequeño Gran País, sólo requerimos el esfuerzo mancomunados de todos. En este sentido, APEDE reitera su voluntad de trabajar con todos los sectores del país y, en especial, con el Gobierno Nacional, para contribuir en la búsqueda de las soluciones económicas que tanta necesidad tiene el país en estos momentos. Muchas Gracias.

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